Como difícil es escoger una imagen fija de un calidoscopio, para Jorge Camacho, diseñador estratégico, prospectivista, investigador y profesor particularmente interesado en cómo las prácticas de diseño se pueden convertir en motores de cambio social, es difícil definir su sector.
Él a lo que se dedica desde Diagonal Estudio es a la imaginación de futuros.
Y en su ecosistema, compuesto por un colectivo de profesionales diversos, trabaja para crear nuevos productos, estrategias y servicios ahí donde no hay claridad, cuando los problemas no han sido definidos y es necesario detectar oportunidades.
Así que dentro de nuestra temática de #FUTUROSCONCIENTES, en la que ya han participado Isabel de Salas, Experta en Strategic Foresight y David Alayón, Chief Foresight Officer Innuba y Director de Innovación en Mindset, quisimos hablar con Jorge Camacho para que nos diera su perspectiva de qué es o cómo debiera ser una economía humanista.
Y nos lo explica así: “la economía humanista es una que reconoce que los seres humanos somos por un lado contingentes, accidentales; somos como una especie de accidente de la evolución. Pero al mismo tiempo, somos como una singularidad. Somos algo realmente especial, a pesar de ser accidental”.
Hasta el momento, la realidad es que hemos hecho un uso irregular y completamente irresponsable de nuestras capacidades. Ahora toca reconocer nuestra singularidad, pero no para pensarnos como si fuéramos un excepción. Ya no somos el centro del planeta y todo lo que existe. “Somos singulares, sí, porque tenemos capacidades especiales y eso también conlleva responsabilidades mucho mayores”.
De ahí la necesidad de hacer prospectiva estratégica, estrategias de reflexión, planes y activar la imaginación, que para Jorge “tienen un efecto multiplicador”
El efecto multiplicador de la prospectiva y la imaginación de futuros
Para Jorge Camacho la prospectiva estratégica es multisectorial y le ha dado la oportunidad trabajar con muchos sectores. Sin embargo, cuando le preguntamos qué es lo más innovador que se está haciendo en este campo de futuros, nos habla del “efecto multiplicador” desde dos perspectivas:
La diversificación o pluralización de la imaginación de futuros.
Para todos los que trabajan en este campo, una idea básica es que no existe un futuro, sino muchos futuros. Es decir, muchas posibilidades. Sin embargo, hasta hace muy poco tiempo esos futuros alternativos seguían representando miradas únicas porque se generaban en entornos muy cerrados, como compañías y gobiernos.
Eso ahora ya ha cambiado. En los últimos años se han difundido prácticas participativas que buscan muy intencionalmente involucrar en los procesos de imaginación del futuro a personas que por razones geográficas, socioeconómicas o de identidad, no habían tenido la oportunidad de participar en estos procesos.
Estamos viviendo una pluralización de las propias imágenes del futuro a partir de la diversificación de las personas que están involucradas en la generación de esas imágenes futuras.
Las generaciones futuras.
Otro de ese “efecto multiplicador” de la imaginación de futuros es que cada vez más empezamos a cultivar una imaginación más a largo plazo. Pensamos en los futuros que podríamos heredar a las próximas generaciones. Y ahora la responsabilidad de empresas y organizaciones está en poner en el centro de esas imaginaciones lo que podrían ser los derechos o los intereses de generaciones futuras.
Entones, le preguntamos: Imaginar futuros ¿es un privilegio para unos pocos?
“Yo creo que pensar o imaginar futuros es una capacidad y una necesidad que está atada de una manera muy importante a las circunstancias materiales de la vida”, nos responde.
Y uno no imagina futuros o no requiere de imaginar futuros si no está expuesto o abierto a un proceso de cambio. Según Jorge Camacho, este es un proceso que podemos analizarlo desde términos históricos, porque, por ejemplo, la capacidad y necesidad de imaginar futuros en realidad no aparece sino hasta muy tarde, tal vez alrededor del siglo XVIII, que es justo cuando las circunstancias materiales y socio económicas empiezan a cambiar de forma acelerada.
“Creo que esa relación íntima entre la imaginación del futuro y las circunstancias materiales sigue existiendo hoy en día y sucede a nivel no solamente de regiones del planeta, organizaciones, sino incluso también a nivel individual”.
El problema es que, si bien cada vez más todos estamos expuestos a estos procesos de cambio, no todos tenemos las circunstancias materiales adecuadas para poder participar de ese proceso de imaginación. Es decir, que de cierta forma todos necesitamos imaginar futuros, pero no todos estábamos en la posición de hacerlo.
Ahí es donde Jorge cree que se convierte en un privilegio. La mayoría de las personas en el mundo, viven en circunstancias materiales que los obligan a vivir en una especie de visión de túnel en donde no se puede ver muy lejos ni se puede tener una visión muy amplia. La mayoría de las personas viven tratando de resolver necesidades de corto plazo y muy cercanas a ellos.
De ahí la importancia de abrir espacios y oportunidades materiales para que cada vez más personas puedan participar de los procesos de imaginación de futuros que están íntimamente relacionados con las circunstancias de cambio en la que las que todos estamos involucrados.
¿Cómo podemos empezar a diseñar los futuros?
¿Por donde se debe de empezar a diseñar los futuros? Jorge Camacho nos anima a cambiar la visión y dejar de pensar en el futuro como algo que nos llega completo, ya predeterminado. Para convertirlo, de hecho, en algo que en cierta forma emerge de múltiples interacciones y factores que podemos navegar, en los que podemos intervenir y con suerte, podemos incluso tratar de dirigir una vez que empezamos a cambiar esa mentalidad.
Después hay una metodología:
- Generalmente empezamos por identificar señales y patrones de cambio. Decir cómo está cambiando ya el mundo y cuáles son las implicaciones que tienen esos cambios que están sucediendo.
- Después, tratemos de imaginar múltiples escenarios, sobretodo porque esos escenarios nos permiten esclarecer las principales decisiones y los factores que están en juego y también reconocer cuáles están y cuáles no están bajo nuestro control.
- Por último, podemos empezar a articular. Informar las decisiones que tomamos en el presente. Hacer estrategias, hacer planes.
Y todas estas iniciativas, todos estos pasos tienen el objetivo de tratar de, por un lado, ayudarnos a navegar hacia esos futuros deseables. Por otro lado, hacer que esos futuros deseables se vuelvan al menos un poco más probables de lo que hubieran sido si no hubiéramos estado involucrados en este proceso de imaginación de futuros.
Y nos deja reflexionando.
Te invitamos a ver el video con su entrevista al completo y a, comentar, debatir y compartir tus ideas e impresiones a través de Twitter, Instagram, Facebook o participando en las conversaciones de Linkedin junto a profesionales como Jorge Camacho y todos los que forman parte del #ForoGéiser, con el propósito de dar respuesta y forma a ¿qué es una economía humanista?