7 reflexiones de Francisco Hevia para romper paradigmas

Cuando Francisco Hevia participó en el #ForoGéiser de 2018, encuentro presencial que llevamos a cabo en Tenerife desde 2015,  comenzó diciendo que “lo fundamental es entender que para que las cosas ocurran, no hay que contarlas. Lo que hay que hacer es que las cosas existan de verdad

Y desde que forma parte de nuestra comunidad, nos aporta reflexiones magistrales que rompen paradigmas.

“Un paradigma es una cosa muy sencilla que nos pasa a todos.  Bien en casa, o bien en la escuela, en la Universidad, cuando viene alguien y te dice: “Esto es así”. Y tú te lo crees”

Hemos recopilado en este artículo fragmentos de sus entrevistas y ponencias, con ideas clave que nos hacen orbitar alrededor del concepto de Economía Humanista, desde la perspectiva del pasado, el presente y el futuro de la Responsabilidad Social.

Francisco Hevia, Director Corporativo Galletas Gullón,  fue uno de los encargados de incorporar en nuestro ADN el propósito y el legado. Y de marcar un camino donde la  innovación que es efectiva, sostenible y justa, la innovación social corporativa, aparece con la necesidad de que las empresas y grandes corporaciones estén incluidas en este gran cambio de paradigmas.

Reflexión 1. Confundir el fin con los medios

 Nos hemos equivocado. El centro de la actividad de la empresa no puede estar en el dinero. Tiene que estar en las personas.

Hay una idea, un paradigma extremadamente dañino y es que el único objetivo de la empresa es ganar dinero. Es una tesis que nació en Harvard en los años 70, que ha impregnado los procesos de la formación en la universidad y las escuelas de negocio del mundo. Hasta justo la quiebra de Lehman Brothers, que es donde esto empieza a no ser tan claro.

Sí, las empresas generan riqueza. Pero desgraciadamente, apunta Francisco Hevia, “aún hay empresarios y empresarias que  tienen vergüenza salir a la calle a decir que estamos generando empleo, generando riqueza. Y nos sentimos  permanentemente atacados”. ¿Por qué? Porque nos perciben como organizaciones y personas que solamente tienen en la cabeza ganar dinero, no resolver problemas. Y no es cierto.

Reflexión 2. Entonces, ¿para qué está una empresa?

Una empresa es parte de la sociedad. Y lo que generalmente hace una empresa es vivir en una comunidad. A partir de una idea de bien común, una empresa recoge materias primas, tiempo de personas, recursos financieros y los mete en su operativa para intentar solucionar un problema de la sociedad.

Hay empresas educativas, que se dedican a educar. Hay empresas de alimentación, que se dedican a darnos de comer. Hay empresas socio-sanitarias que nos curan, que nos cuidan. Hay muchos tipos de empresas que intentan resolver una necesidad.

Se tiende a pensar que las empresas son parte del problema, cuando realmente lo que somos es parte de la solución. Hay que volver a poner en valor esto.

Se trata de solventar una problemática, con innovación, de una manera diferente, generando valor. Hacia eso tenemos que caminar. Cuando lo logras, creces. Y, además, ser responsable es rentable.

Reflexión 3. ¿Qué está pasando con la Responsabilidad Corporativa?

A día de hoy sigue habiendo profesionales pensando que la responsabilidad corporativa es marketing social. Para tener buena imagen y buena reputación.

Pero en realidad, es más sencillo y práctico que todo eso: Se trata de entender qué necesita el de enfrente y darle una solución.

Ahora las empresas reconocen que su función social es generar impacto positivo, minimizando el consumo de recursos naturales, como estrategia de sostenibilidad a largo plazo.

Y lo verdaderamente interesante es que marcar estos parámetros como ejes de acción han activado en cascada el interés de los inversores: “Porque el inversor que es miedoso por definición, se ha dado cuenta que las empresas responsables tienden a devolver. Y las irresponsables, no tanto”.

Así que más del 45% de la inversión mundial, y como ejemplo Francisco Hevia nos habla de los grandes fondos inversores de pensiones del norte de Europa, han llegado a la conclusión de que si una compañía no tiene políticas y planes de Responsabilidad Corporativa, no invierte en ellos.

Reflexión 4. Cuidado: el miedo es un motor muy poderoso

¿Qué es lo que generalmente ocurre cuando una compañía es exitosa? Que empieza a aparecer la gestión de los riesgos. Y con miedo se acortan los plazos porque “Cuando esto me funciona, ¿para qué lo voy a cambiar?” Entonces, la gestión se centra en: “Oye, garantízame que vamos a ganar dinero en los próximos tres años”.

Las compañías responsables miran a largo plazo. No el problema de hoy, sino los problemas de mañana y cómo van a ser capaces de solucionarlos en el corto plazo.

“Estoy diseñando el futuro”. No estoy gestionando el miedo del corto plazo”.

Para esto tienes que tener muy claro lo que quieres ser. Luego lo tienes que hacer y luego lo cuentas. Generalmente lo hacemos al revés. Contamos cosas que decimos que vamos a hacer y luego no hacemos. Que además no tiene nada que ver con la cultura de la compañía. Con lo cual, empieza a haber los escándalos de percepción social porque la gente se siente engañada.

Reflexión 5. ¿Cómo ser una compañía responsable?

Si quieres tener una compañía responsable, no empieces de fuera hacia adentro. Empieza por sentar al consejo de administración a definir el propósito de la compañía, la visión, la misión, los valores.

Para lograr esto hay que introducir en tu modelo de negocio los famosos stakeholders, que en castellano son las partes interesadas o los grupos de interés. Desde la óptica de la oportunidad los que van a hacer que tu compañía tenga futuro a largo plazo son ellos. Tienen el poder de cargarse la compañía o hacerla crecer.

Y para eso hay que abrir las puertas de la compañía. Hay que dejar que entre el cliente. Que entre el proveedor. Que te diga lo que le gusta, lo que no le gusta. Dónde puedes mejorar.

Hay que ser muy humilde, porque la verdad de la sostenibilidad a largo plazo de tu compañía no está en tus directivos, está en los grupos de interés.

Las interacciones pueden tomar muchas formas, pero la gestión ética y responsable de nuestro modelo de negocio en primera instancia debe:

  • Escuchar y comprender.
  • Distribuir información, promover ideas y educación.
  • Construir comunidades de stakeholders a largo plazo como fuente de capital de reputación.

Reflexión 6. Otro paradigma que hay que cambiar es el de la competitividad

Nos obsesionamos por competir ¿No es mucho más sencillo colaborar? Que nos va a ir mucho mejor a todos. De verdad.

Se pueden hacer proyectos colaborativos con tu competencia. Se puede, y se debe. Hay que ser políglotas”, nos dice Francisco Hevia. Pero desde el punto de vista de la empresa ser políglota no es saber idiomas. Es saber interpretar lo que dice el proveedor, lo que dice el cliente, lo que dice el consumidor, lo que dice el político. Porque hablan diferentes idiomas. Y alguien en la compañía tiene que ser capaz de interpretar todo eso y para que los tuyos lo entiendan.

Y cuando colaborar comienza por escuchar y en esa escucha detectamos carencias que otras empresas nos pueden cubrir para seguir aportando soluciones para el bien común, entonces estaremos creciendo desde el propósito. Ese ahora es uno de los papeles de la RSE

Reflexión 7. El verdadero propósito: la felicidad

Hay que tener un propósito vital que te levante de la cama con las ganas de hacer las cosas. A Francisco Hevia le gustaría cambiar el famoso dicho “de ricos está el cementerio lleno” por el de “de gente feliz que ha tenido una vida plena estuviera el cementerio lleno”.

Y ese es el legado. Ahora, hoy, es el momento de pensar qué queremos dejar para la siguiente generación. Cada minuto que pasa es un minuto perdido.

Para mi es importante que todas las preguntas empiezan por qué propósito vital en las personas y que propósito organizacional tienen las empresas y qué legado esperan dejar”.  Porque a partir de tener una respuesta clara se activa la mecánica que te permite el “vale, si ya tengo claro el propósito y cuál será mi legado, eso sí que cambia lo que hago”.

En el momento en el que el propósito de la persona es ser feliz y tener una vida plena y el propósito de las compañías es cubrir necesidades de las personas, todo cambia.

Pero, ¿dónde está el baremo de la felicidad?

No hay un modelo. La felicidad depende de lo que tú creas que es ser feliz. Depende de ti.

Lo que parece lógico pensar y lo que nos demuestra la experiencia es que cuando le preguntas a alguien ¿para ti qué es ser feliz? las respuestas generalmente no están asociadas a ser rico y fallecer con una cuenta corriente saneada. O tener un patrimonio. Ni siquiera los grandes empresarios cuando les preguntas esto, las respuestas van por ahí.

Es el impacto que dejo en la sociedad, el legado que he generado, cultural, económico, social, de desarrollo, el empleo que he creado. Son temas mucho más profundos y mucho más generosos de lo que la gente piensa.

Es muy difícil encontrar poblaciones mayoritariamente egoístas, que solamente piensen que la felicidad pasa por ser el mismo feliz y no participar del entorno social. El ser humano es un ser social y encuentra la felicidad en los entornos cercanos, en la familia, en la comunidad…Perfecto. Para mi esta es la reflexión que hay que potenciar.

Y podríamos seguir aportando ideas, y romper paradigmas gracias a las reflexionesde este gran profesional, pero nos parece mucho más interesante invitarte a descubrir más escuchando la entrevista completa que le hicimos a Francisco Hevia.

También tienes a tu disposición la ponencia del encuentro de 2018 en Tenerife.

Ya sabes que puedes seguir la conversación a través de TwitterInstagramFacebook o participando a través de Linkedin, junto a ponentes de esta y otras ediciones en el #Challenge de dar forma y sentido a nuestro reto personal de definir qué es la Economía Humanista.

Te esperamos.

Imagen | Marcel Eberle para Unsplash
  • Director Corporativo en Galletas Gullón. Experto en gestión ética, buen gobierno, impacto social, medio ambiente y relaciones a largo plazo con stakeholders.
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